Se ha investigado y se ha recabado información sobre el número de abortos practicados a mujeres cisgénero a nivel mundial y a nivel local, sin embargo, no existe suficiente información estadística de abortos o intentos de aborto en personas no binarias o en hombres trans.
“No existimos en los datos, y no es porque no hayamos existido, sino porque la imposición de género es binaria. No hay registros de personas trans que aborten porque en el registro para acceder a derechos de salud solo hay dos opciones: M (masculino) y F (femenino). Por eso, cuando accedemos nos toca escoger. Hay unos vacíos que no nos permiten existir en los registros, lo cual nos niega nuestra construcción identitaria”, explicó Marttin Junco, activista trans no binarie, a la colectiva Valkirias, desarrolladora del fanzine ‘Todes abortamos’.
En Colombia, Profamilia y la Alianza Trans Masculina Abortera de Colombia (ATAC) realizaron un primer acercamiento al aborto en hombres trans y personas no binarias y con capacidad de gestar. De sus esfuerzos surgió el informe ‘Acceso al aborto seguro para hombres trans y personas no binarias: un estudio exploratorio en Colombia’. El estudio, publicado en 2021, si bien no es representativo estadísticamente, da un panorama sobre los esfuerzos que deben realizarse en Colombia para investigar y visibilizar las diversidades identitarias, y garantizar el derecho al aborto a todas las personas con capacidad de gestar.
El informe de Profamilia también resalta la falta de conocimiento y sensibilidad frente a los temas de diversidad sexual en los trabajadores de la salud, y explica que algunos profesionales no conciben dentro de su imaginario que un hombre trans o una persona no binaria tenga necesidades gestantes o tenga derecho al aborto. “Tan soportado está el sistema de salud en una visión binaria que sus sistemas y subsistemas de información no cuentan con variables sociodemográficas que permitan identificar y caracterizar a las personas trans o no binarias que hacen uso de los sistemas de salud”, señala el documento.
Los obstáculos a los que se enfrenta esta población para acceder al aborto
Sabemos que en ciertas latitudes algunas mujeres cisgénero enfrentan barreras (unas más que otras) para acceder al derecho al aborto y conocemos las luchas de los colectivos feministas que buscan despenalizar el aborto, pero pocas veces pensamos en los obstáculos y barreras a los que se deben enfrentar los hombres trans y las personas no binarias para acceder a este derecho. “Las barreras al aborto no se experimentan de forma igual. Impactan de manera desproporcionada a personas marginadas, de ingresos bajos, personas de color, migrantes, refugiados y personas que no hablan el idioma local”, explica el manual ‘Trans-Inclusive Abortion Services’, desarrollado por la Fédération du Québec pour le Planning des Naissances (en español Federación de Quebec para la Planificación de Nacimientos).
Si la persona que busca acceder al sistema de salud pertenece a uno o más de los grupos poblacionales mencionados anteriormente y además es un hombre trans o una persona no binaria, se debe enfrentar a más obstáculos que impiden el acceso adecuado a los servicios de salud: “La discriminación o la falta de atención inclusiva explícita en la prestación de servicios de salud puede causar que las personas con identidades diversas retrasen o eviten la realización de procedimientos médicos hasta el punto de poner su salud en riesgo”, señala el manual. El mismo documento explica algunas de las barreras específicas a las que se enfrentan estas personas para acceder al aborto, como, por ejemplo, la negación a ser atendidos en centros de salud que han sido concebidos como centros de atención exclusiva para mujeres. Lo anterior implica para los pacientes mayores gastos económicos (viaje o traslado) y preparación logística para encontrar un centro donde puedan ser atendidos.
De hecho, un estudio publicado en la revista científica BMJ Sexual & Reproductive Health, en 2021, da cuenta de los intentos de aborto sin supervisión médica en hombres trans, personas no binarias y personas de género expansivo en Estados Unidos. Según el estudio, en el que participaron 210 personas, 1 de cada 5 de esas personas había intentado poner fin a un embarazo sin supervisión médica, con ayuda de hierbas y provocándose traumas físicos, con el objetivo de no acudir a un centro de salud y evitar la estigmatización y discriminación en la atención.
Los encuestados de dicho estudio expresaron que el uso de un lenguaje inclusivo por parte del personal de salud y en formatos médicos es un buen inicio: “Es algo relativamente fácil de hacer y no requiere mucho dinero. Se trata de un cambio de mentalidad y luego hacer que nuestro entorno se transforme y nuestros sistemas lo reflejen’, señala Juno Obedin-Maliver, coautor del informe.
Importancia de la identidad y la representación
Es evidente que en el sistema de salud y en el personal médico hay grandes vacíos sobre el concepto trans y los términos que abarca. En los documentos consultados para la realización de esta nota se evidencia una gran necesidad de capacitar a los trabajadores de la salud sobre las identidades diversas, el uso de pronombres y los procedimientos médicos a los que las personas trans se someten para reforzar su identidad y cuidar de su salud. Sin una correcta representación y sin un conocimiento de las necesidades de esta población es imposible que las personas con identidades diversas sean atendidas de manera adecuada en el sistema de salud, no solo a la hora de realizar chequeos o exámenes médicos de rutina, como, por ejemplo, una cita de ginecología, sino también tratamientos de hormonización y abortos.
La falta de conocimiento de las identidades diversas y de atención adecuada a esta población, además de generar desconfianza, provoca que los pacientes trans y personas no binarias que necesitan acceder al aborto deban acudir a lugares clandestinos y someterse a procedimientos inseguros que ponen en riesgo la vida: “Se ha obligado a nuestros hermanes a abortar en lugares de clandestinidad que les han puesto en peligro, se ha obligado a compañeres a renunciar a sus tránsitos para ejercer una maternidad obligatoria. Han puesto en peligro la vida porque han hecho cosas que no sabían y eso les ha generado daños y muchas veces nos han obligado a ser activistas”, explicó Marttin Junco a la Colectiva Valkirias.
Lo expuesto anteriormente y los testimonios citados en esta nota son pruebas de la necesidad que existe de realizar cambios en los sistemas de salud, para lograr una atención médica que sea basada en el conocimiento, y con enfoque en diversidad, integridad, y, sobre todo, que deje de verse desde un modo exclusivamente biológico.
El lenguaje neutral e inclusivo es un inicio para mejorar la atención en salud, y, aunque se realizan esfuerzos por dirigirse hacia un cambio, como, por ejemplo, la transformación del lenguaje, la exigencia del uso de pronombres y nombres de elección, y el trabajo en el campo legal y jurídico por los derechos de las personas de población LGBTIQ+, siguen existiendo vacíos y hacen falta más esfuerzos para lograr que los avances no se queden en lo simbólico y pasen a ser algo realmente tangible. “La representación me parece superimportante, que nos nombren, que existamos jurídicamente. Pero que eso se traduzca también en protocolos, guías y recomendaciones clínicas de acompañamiento, que no sea solo desde la sensibilización, sino también desde los avances científicos, clínicos y demás, que permitan lograr un acompañamiento integral”, señala Ángel Mendoza, activista trans.
Por dichos vacíos es que han surgido diversos colectivos que trabajan por abordar los derechos sexuales y reproductivos de los hombres trans y las personas no binarias, como, por ejemplo, la Asociación Trans Masculina Abortera de Colombia, el Frente de Transmasculinidades en Argentina y Mano Diversa en Bolivia.
Binarismo y biologismo
Es necesario sensibilizar y concientizar a la población en general y al personal de la salud, para transformar los imaginarios que estandarizan y categorizan los cuerpos de manera binaria, lo cual homogeniza a las personas desde el biologismo e invalida completamente las identidades diversas.
En el proyecto de estudio ‘Discutiendo desde el interior: la marginación de los hombres trans dentro del movimiento por el aborto legal en Argentina’, la autora, Olivia Nichols, resalta que los obstáculos para acceder al aborto o a ser reconocidos como personas con capacidad de gestar no solo son barreras impuestas por entidades nacionales o entidades prestadoras de servicios de salud, sino también por ciertos sectores del feminismo radical que considera a las mujeres cisgénero como únicas merecedoras del derecho al aborto.
Una de las personas entrevistadas por Nichols hace referencia a la dificultad de ser parte de actividades en pro del aborto siendo hombre transgénero: “siempre fue una experiencia negativa, porque por un lado le decían que había traicionado la lucha por elegir la identidad del patriarcado, y, por otro lado, otro sector le decía que participara como mujer, porque tiene vagina” (Nicholls, 2018), todo esto sin pensar o sin tener en cuenta que un hombre trans o una persona no binaria que lucha por el derecho al aborto se vincula directamente a la lucha de las mujeres y sus derechos.
Inclusión y necesidad de romper imaginarios de la comunidad LGBTIQ+
Frank Arteaga, presidente de Mano Diversa Bolivia, expresó en una entrevista que, aunque existen movimientos inclusivos en pro del aborto, también existen movimientos excluyentes, incluso dentro de la comunidad LGBTIQ+: “Así como hay hombres trans dispuestos a militar dentro del movimiento feminista e integrarse a todas esas voces proaborto, hay algunos hombres trans machistas que dicen que por ser hombres no necesitan hablar del tema”. Además, agregó que algunos colectivos LGBTIQ+ se declaran en contra del aborto, lo cual para él es difícil de comprender, pues precisamente una de las causas que persigue la comunidad LGBTIQ+ es la defensa de los derechos sexuales y reproductivos.
Por otro lado, Arteaga resaltó que algunos hombres trans y personas no binarias cargan con sentimientos de culpa, vergüenza y exclusión a causa de prejuicios sociales y creencias erróneas sobre las identidades diversas. Según Arteaga, algunas de estas personas creen que si se embarazan van a perder su identidad de hombre trans, otros han sufrido violencias sexuales como las violaciones correctivas, ataques perpetrados por personas homofóbicas que intentan cambiar la identidad u orientación sexual de otra persona.
Todos esos estigmas y creencias equivocadas llevan a que algunos hombres trans sean personas que se refugian en el silencio social, que no denuncian violencias sufridas y que no acceden al sistema de salud por temor a ser revictimizados. Son personas que, en su mayoría, abortan solas. “No tienen apoyo del sistema comunitario. Son quienes menos conocimiento tienen sobre el acceso al aborto y sienten que tener un hijo no deseado es culpa de ellos mismos”, explicó Arteaga.
Para Arteaga es de suma importancia incluir las violaciones correctivas en el código penal de Bolivia, como un agravante a las violencias basadas en género, y recalca la necesidad de concientizar a la población sobre la diversidad de identidades. “A nivel comunitario tenemos que seguir capacitándonos y creando este discurso acerca de la importancia de denunciar las violencias que padecen los hombres trans”, agregó.
Conclusiones:
Las personas de todos los géneros y diversidades necesitan y tienen derecho al acceso a la salud sexual y reproductiva sin importar cómo esté compuesto su cuerpo biológicamente. Para avanzar en temas de inclusión en salud sexual y derechos reproductivos, se deben deconstruir y reconstruir los sistemas de atención en salud pensando desde la diversidad de identidades sexuales y de género, con el fin de garantizar el acceso a la salud para todas las personas, sin importar su orientación o preferencia sexual.
Negar el acceso al aborto e imponer barreras a este implica que las personas que necesitan este procedimiento deban trasladarse de ciudad, departamento o país, además de múltiples preparaciones logísticas que implican tiempo y gasto de dinero. En algunos casos los obstáculos y la falta de oportunidades para trasladarse hacen que los hombres trans y personas no binarias deban resignarse a la opción de continuar con el embarazo, y, por lo tanto, a vivir con las secuelas físicas o psicológicas del embarazo y la paternidad o maternidad no deseada.
En los documentos analizados para realizar esta nota, se encontraron las siguientes recomendaciones en común para hacer más fácil el acceso al aborto a hombres trans y personas no binarias:
Referencias:
Asociación Profamilia y ATAC (2020). Acceso al aborto seguro para hombres trans y personas no binarias: un estudio exploratorio en Colombia. Asociación Profamilia: Bogotá D.C.
Colectiva Valkirias (2021). Todes abortamos. Colectiva Valkirias.
Moseson H, Fix L, Gerdts C, et al. BMJ Sex Reprod Health 2022;48: e22–e30.
Nichols, Olivia, “Discutiendo desde el interior: La marginación de los hombres trans dentro del movimiento por el aborto legal en Argentina” (2018). Independent Study Project (ISP) Collection. 2891.
Lowik. A. (2019). Trans-Inclusive Abortion Care: A Manual for Operationalizing Trans-Inclusive Policies and Practices in an Abortion Setting, United States. Fédération du Québec pour le Planning de Naissances, National Abortion Federation. Retrieved online.
Scott, B. (2022, 18 de octubre). Getting an abortion as a trans person is hard –with or without state restrictions. National Public Radio.